Prepagas y cuotas millonarias: es jubilado, tiene cáncer y Bristol Medicine le complica más la vida

Nelson Pinola y Beatriz García tienen 80 años y deben afrontar más de un millón de pesos por mes con una jubilación mínima. Las prepagas no sólo no dejan de aumentarle el valor de la cuota, sino que hasta le demoran los medicamentos para el tratamiento oncológico de él.

8 Junio de 2024
Prepagas impagables
Prepagas impagables

Mientras que la gran mayoría de las prepagas ya comenzaron a enviarle a sus afiliados el nuevo aumento de julio -entre un 7 y 9%- , la realidad que atraviesan los usuarios empeora cada día más. "No se hacen cargo. No les entran las balas. No valoran la vejez, la salud. Son unos sin vergüenzas", denuncian aquellos familiares de jubilados que perciben la mínima y tienen que afrontar cuotas que en muchos casos supera el millón de pesos. Este, por ejemplo, es el caso de Nelson Pinola y Beatriz García, que a sus 80 años no tienen garantizados una estabilidad económica ni su salud.

Nelson Pinola y Beatriz García
Nelson Pinola y Beatriz García

Resulta que mientras que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), que está bajo la órbita de la Secretaría de Comercio, dispuso retirar la cautelar que pesaba sobre las prepagas para limitar las subas desmedidas en los valores de sus planes, tras el acuerdo alcanzado con las empresas para que devuelvan lo cobrado por encima de la inflación, la empresa Bristol Medicine viene atentando contra los bolsillos de cientos de usuarios y, principalmente, de estos dos abuelos que llevan 25 años afiliados a la compañía de salud privada. Sin ir más lejos, desde la prepaga le mandaron el desorbitante valor de su última cuota mensual: $1.013.667.

Esta claro que esta suma es imposible de pagar para una persona que recibe poco más de 200 mil pesos por mes de su jubilación. Por esta razón, es su familia la que, a duras penas, logra afrontar este exagerado gasto. Para colmo, Don Nelson y su esposa, Beatriz, padres de tres hijas y orgullosos abuelos de cinco nietas, deben afrontar los males que llegan, en algunos casos, por la edad. Él lleva adelante un duro tratamiento oncológico a causa del cáncer de piel y próstata que lo tiene a mal traer desde hace un tiempo, y ella padece problemas neurológicos, "Al ser personas de tan avanzada edad están como rehenes de la prepaga", señala su familia.

Además, sostienen que no desean abandonar la prepaga, no por capricho, sino porque los nonos llevan adelante distintos tratamientos desde hace varios años y ya tienen a sus médicos asignados. "Necesitamos seguir con los controles que se hacen con sus médicos. Llamás a Bristol Medicine y te atienden muy mal. Estuvimos 4 meses para que nos den las vacunas oncológicas de mi abuelo; hasta que no llegamos al punto de que íbamos ahí y decíamos ´bueno, no me muevo de acá hasta que me den una solución´ no nos brindaron ninguna respuesta", recriminó Giselle, nieta del matrimonio que hoy debe tolerar que las grandes empresas de salud intenten ningunearlos.

La joven explicó que, aunque sus abuelos usan PAMI para algunas necesidades, no pueden dejar la prepaga debido a la edad avanzada y la necesidad de mantener los mismos médicos. De esta manera, desde hace seis meses que la familia viene luchando intensamente para conseguir medicamentos y vacunas, enfrentando un trato deficiente y demoras injustificadas de Bristol Medicine. "En diciembre pagábamos más o menos 290 mil hasta que ahora llegó a más de un millón, lo que para nosotros es un montón. Ellos no se ajustan a la resolución del Gobierno de retrotraer y se excusan diciendo que a ellos no les llegó nada oficial", denunció.  

La familia de los abuelos reclama una cuota más justa para ellos
La familia de los abuelos reclama una cuota más justa para ellos

Para exponer su situación, colocaron pasacalles en la sucursal de Avellaneda, lo que llevó a que la empresa les ofreciera una reducción de la cuota a $600.000, con la condición de que retiraran una demanda y no acudieran a los medios. Giselle rechazó esta oferta, considerando que seguían pagando más de lo debido. "Es malísimo. Tuvimos que reclamar las vacunas de mi abuelo para el tratamiento oncológico y los bombardeamos a mensajes. Todos los días nos levantábamos y cada una hora mandábamos un mail exigiendo la medicación de mi abuelo, que necesitaba la prevención con unas vacunas y pastillas", expresó en diálogo con LQC.

Uno de los tantos pasacalles que hay en Avellaneda
Uno de los tantos pasacalles que hay en Avellaneda

Esta familia, como muchas otras en situaciones similares, lucha contra los aumentos exorbitantes en las cuotas de la prepaga, tratando de mantener el acceso a los tratamientos necesarios mientras enfrentan la insensibilidad y falta de respuesta de la empresa de salud. "La cantidad de gente que está en la misma situación, de personas mayores, de personas con problemas preexistentes, con gente con autismo...todo eso les apretó tanto la cuota que no les queda otra que darse de baja", cerró.