Diego Armando Maradona, Mario Alberto Kempes y Lionel Andrés Messi. Los emblemas de las tres estrellas que la camiseta de la selección argentina lleva bordadas sobre el escudo. A la izquierda, del lado del corazón. Talento, desparpajo, potencia. Indiscutidos, fueron, son y serán ídolos. Y son zurdos. Pero el presidente Javier Milei no hablaba de ellos cuando, ante su auditorio fascista en España, hablaba de que, en Argentina, "al fútbol lo manejan los zurdos".
El anarcocapitalista que dirige los destinos del país aprovechó el acto de la internacional de ultraderecha para arremeter contra "la clase dirigente parasitaria" que se despliega por toda la administración pública. Según Milei, sus enemigos de la casta "tienen su gente metida en todos los estamentos del Estado, tienen la fuerza de los sindicatos, las organizaciones sociales, a los empresarios prebendarios que viven del Estado, tienen los organismos supranacionales, las ONG, los medios de comunicación y la industria del entretenimiento" y agregó tajante, "en mi país tienen hasta el control sobre el fútbol".
Milei, obsesionado por instalar las Sociedades Anónimas Deportivas en el ámbito local, a pesar del rechazo de los clubes dijo: "Se están llevando a cabo acciones proactivas para atraer más inversiones extranjeras". La cruzada la encabeza junto a Daniel Scioli (Secretario de Medioambiente, Turismo y Deportes), Julio Garro (Subsecretario de Deportes de la Nación) y la diputada Juliana Santillán.
Desde la campaña presidencial, varios clubes mostraron su rechazo a este nuevo esquema de negocios propuesto por la gestión libertaria. Clubes del ascenso salieron, por entonces, a la cancha con una remera negra con la inscripción "Club=socios, yo voto no a las SAD".
Sin embargo, a diez días de asumir, el presidente avanzó con la primera medida para materializar el avance de las SAD. En el decreto 70/23 de desregulación económica que publicó el Gobierno en diciembre modifica aspectos referidos a la Ley del Deporte (20.655).
Entrevistado por los amigos de siempre, el libertario habló de incomprobables inversiones de parte del Manchester City, del Chelsea y de otros capitales foráneos que venían a comprar clubes como Lanús, San Lorenzo, Estudiantes de la Plata, Racing y otros. Además, hay que destacar que el lobby interpuesto por Scioli a favor de la empresa "777 Partners" tuvo su revés judicial y mediático en Brasil: el holding fue condenado a devolver el club Vasco da Gama a sus socios por "fraude económico". Se descubrió que la empresa organizaba un esquema Ponzi, y los socios del club carioca pusieron el grito en el cielo.
TIEMPO DE DESCUENTO CON LA FIFA
En la misma dirección, durante su último viaje por Estados Unidos, el presidente se reunió con el mandamás de la FIFA, Gianni Infantino, para dialogar sobre el tema que lo desvela: las SAD. Sin embargo, lo recibió sólo por diez minutos para intercambiar una pelota y una remera. Como contó La Quinta columna, el expresidente Mauricio Macri torpedeó la reunión e Infantino le aclaró que el encuentro sería sólo "para la foto". De hecho le dijo que si quería algo de la FIFA que hablara con el propio Macri o con Claudio "Chiqui" Tapia primero. Lo derivó.
La relación con Infantino ya tiene un historial de desaires mutuos. Durante el Congreso Ordinario de Conmebol que se celebró el 11 de abril en Asunción para avanzar con la organización del Mundial 2030, Milei lo plantó. De ese encuentro participaron los presidentes Santiago Peña, de Paraguay y Luis Lacalle Pou, de Uruguay. Pero el presidente argentino, eligió viajar a Miami a recibir el galardón de "Embajador de la Luz" por parte de la organización judía ortodoxa Jabad Lubavitch.
No solo hubo tiempo para insistir con las SAD y arengar a no "dejarse correr por los zurdos". Durante su paseo por Madrid, el presidente paleolibertario emuló los tiempos del ex presidente Mauricio Macri cuyas metáforas solían ser vinculadas al fútbol. En la presentación de su libro "El camino del libertario" Milei se refirió a sus tiempos como guardametas: "El arquero además entrena solo, eso tiene un efecto muy fuerte de su personalidad", dijo al intentar describir su propia subjetividad ante un público que lo miraba atónito.
