Nadie imaginó que aquella noche en Puerto Madero podía terminar así. Ninguno de los presentes pudo prever que se desataría un vendaval de violencia, que MK sería salvajemente agredida hasta quedar con secuelas. Mucho menos pensaron que la víctima iría por todo. Pedidos amables, ruegos por clemencia y hasta intimidaciones. Pero ahora la apuesta se redobla: lo que comenzó como una calificación de "lesiones leves", con la ampliación de la denuncia pasará a ser "lesiones graves y tentativa de femicidio".
La agresora es nada más y nada menos que Alanis Poza, cuyo nombre no dice demasiado. Es la hija del presidente de Huracán, Abel Poza -un ex barra que pasó del paraavalanchas a dirigir los destinos del Globo de Parque Patricios-. pero sobre todo es la pareja de Thiago Almada. En la casa que ambos comparten fue la fiesta y ante sus ojos se desató la golpiza contra MK.
Piñas, patadas en el piso y hasta le partió un florero en la cabeza ante la atónita mirada de su pareja y de Ángel Correa, otro de los organizadores de la fiesta. Hubo un tercer campeón mundial presente en ese departamento aquella madrugada, que será incorporado en la nueva denuncia. La ampliación involucraría a los tres futbolistas porque la agresión se produce delante de ellos (quienes no hicieron nada por frenar el ataque) y en el domicilio de Almada.
Desde el equipo de letrados que representa a la víctima explican por qué cuadraría la nueva calificación de tentativa: "La agresora da principio a la ejecución del acto, directamente por hechos exteriores, practicando todos o parte de los actos que objetivamente deberían producir el resultado, podría haberla matado... sin embargo éste no se produce por causas independientes a voluntad de la autora".
En las horas posteriores al hecho, Almada contactó a MK por Instagram, y a través de un mensaje directo le suplicó clemencia. "Lo que menos quiero es quilombo", manifestó el Joven Maravilla, quien además quiso cuidar a Ángel Correa. "Menos con Angelito, que tiene familia y todo". La víctima le explica su estado de salud y sus fracturas, a lo que el jugador se compadece con suavidad: "Sí, un bajón. Mal ahí".
La joven golpeada acudió al Hospital Británico, donde le realizaron una tomografía de cerebro y macizo cráneo facial sin contraste endovenoso. Allí se determinó que tenía "hematoma subgaleal" , "trazo de fractura en huecesillos de la nariz" y "desviación levoconvexa del tabique nasal óseo". Tiempo después, un nuevo estudio certifica que la paciente presentó convulsiones generalizadas tras una intervención quirúrgica.
Tras aquellas primeras horas todo era confusión y enojo. A MK la habían invitado a una fiesta y la habían golpeado salvajemente frente a tres campeones del mundo, tres ídolos. Hizo una primera denuncia que no se ratificó ante los reiterados pedidos (algunos amables, otros no tanto). ¿Por qué tanta desesperación en que no se conozca la situación? ¿Por qué no intercedieron? ¿Qué se esconde detrás de tanto hermetismo?
La respuesta es simple: Almada, Correa y el tercer futbolista se escaparon de la concentración del predio de la AFA en Ezeiza. Los tres estaban convocados para el partido que Argentina debía jugar frente a Perú por Eliminatorias. El resultado fue 1-0 para Argentina, que soñaba con lo imposible: ser campeón del mundo. En paralelo, tres campeones celebraban una fiesta violenta que -tres años después- puede tener graves consecuencias para sus carreras. Y para sus vidas.
