Dos de sus libros (con severas acusaciones de plagio), un busto de yeso en miniatura con su cara, un muñequito con traje violeta y motosierra en mano, el libro escrito por su adalid Federico Sturzenegger, una botella de agua con la foto en la que abraza a Conan en un sillón. El mundo íntimo laboral de Milei, en apenas una foto.
La usual megalomanía presidencial quedó expuesta con ese flash. El fotoperiodismo, que tanto intenta matar la gestión libertaria, desnudó algo que es evidente pero que no deja de shockear. En apenas seis minutos (ése tiempo le dieron: nada), la fotógrafa Irina Werning captó la esencia de Milei. Y Cora Gamarnik, reputada cronista gráfica que estudia la historia del fotoperiodismo, analizó la imagen.
Entre los libros hay dos ejemplares de la biografía que escribieron Nicolás Márquez y Marcelo Duclos sobre él: "Milei. La Revolución Que No Vieron Venir". El libro "Jerusalén. La biografía" de Simon Sebag Montefiore. También, lógico, su última publicación, la que presentó en el Luna Park: "Capitalismo, Socialismo y la trama neoclásica", donde figura su autoría pero tiene varias denuncias por incluir partes copiadas de otros autores, una de ellas al investigador de Conicet Julio Neffa.
En el escritorio se deja ver el volumen 39 de Gaturro, cuyo autor es Nik, un humorista conocido sobre todo por robar chistes a otros humoristas gráficos. Una hojas de apuntes donde se puede leer de título "La ventaja de la competencia..." El libro "Advanced macro-economics" junto a "Los judíos y las palabras" de Amor Oz y Fania Oz-Salzberger. De aquí sacó su analogía con la palabra faraón y su comparación con el paro general convocado por la CGT el pasado 9 de mayo. Aunque luego fue corregido por egiptólogos y sabios en religión judía. El Javo le había pifiado a un acento. Y eso cambiaba el sentido de toda su ilustración.
Al fondo, frente a unas flores blancas, una foto de cuando le toma juramento a Villarroel.
LA CRONISTA TAMBIÉN HABLÓ
La corresponsal a cargo de la nota, Vera Bergengruen, brindó íntimos detalles del encuentro que tuvo hace un mes con el mandatario argentino en la Casa Rosada. Bombones con las caras de Margaret Thatcher, textos judíos y hasta figuritas con su rostro. La periodista relató las curiosidades que le llamaron la atención del despacho del presidente en Balcarce 50 y que demuestran el enorme ego que lo consume. ¡Y no se guardó nada!.
Bergengruen accedió a una entrevista con Eduardo Feinmann y, antes de detenerse en la intimidad del mandatario, reflexionó sobre el hecho de el propio protagonista -que poco rato antes se había vanagloriado de aparecer en esa portada- aseguró no haber leído el texto. "Siempre pasa con Time, la tapa y la nota son dos cosas muy diferentes. Los editores seleccionan a alguien que en el momento es muy interesante para el mundo, como te digo. Más que nada por el experimento que está haciendo en Argentina", dijo y le pegó donde más le duele a "Jamoncito", en su ego: "El resto del mundo la verdad que no lo conoce, él piensa que sí, pero no saben quién es".
Consultada con lo que se encontró dentro del despacho teniendo en cuenta que el presidente pocas veces pasa por ahí, la periodista dijo que se sorprendió al toparse con una mesa "llena de regalos de sus seguidores". "Tiene una mesa llena de regalos de fans. Figuritas de él, de la campaña, tiene unos bombones con las caras de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, tiene textos judíos. Entonces, cuando sacamos la foto, le pedí como que me contara un poco de qué son las cosas, quién se las mandó. Así que no, eso no está en la entrevista, pero hablamos un poco, eso es un poco más personal. Tiene una taza con la foto de los perros", describió.
