El presidente Javier Milei volvió más agrandado que nunca. En una nota entre amigos se jactó de jugar "en otra liga" y que eso "irrita" a la casta porque, "muestra la insignificancia de los políticos argentos, de lo poco que son, la insignificancia que tienen, el poco alcance". Mientras tanto, Argentina oscila entre llamas: Misiones tiene a la policía acuartelada, no le bajan comida a los comedores comunitarios, el dólar empezó a dispararse, los precios suben sin parar. Pero el presidente toca la lira en composiciones megalómanas: el síndrome Nerón a pleno.
Envalentonado por su gira junto al fascismo español, el autopercibido y autoproclamado "líder de la derecha global" aseguró generar "un terremoto" adonde va. Pero no hay alocución grandilocuente sin un interlocutor entusiasta y celebratorio. "¿Vos decís que te tienen un poco de envidia?", preguntó el sonriente Jonatan Viale. Y el remate del presidente fue -como no podía ser de otra manera- el esperado: "Un poco, ponele, les encantaría estar donde estoy yo pero lo que natura non da, Salamanca non presta".
El libertario mostró su estrategia diplomática en medio de la crisis con España: no hacerse cargo de nada y culpar a los demás. Bah, como siempre. "Está coordinado con el kirchnerismo, no tengas ninguna duda. Alberto Fernández es asesor de Pedro Sánchez",
Milei fue recurrente en culpar al peronismo K, en quien ve todos los fantasmas habidos y por haber. "Lo que está pasando en España no es independiente del kirchnerismo acá. Esta situación está promovida desde el kirchnerismo desde acá, justamente para armar revuelo en Argentina" y agregó que Pedro Sánchez está "usando políticamente" el conflicto "porque tiene problemas en España y necesita polarizar". En su mente no caben dudas: políticos locales e internacionales se cuelgan de su fama global.
RENCOROSO NO, MEMORIOSO
Milei no se equivoca. Al menos no en su concepción del mundo. "No le voy a pedir disculpas, bajo ningún punto de vista. ¿Cómo le voy a pedir disculpas si yo fui el agredido?". El presidente hizo un pormenorizado listado de los ataques personales que recibió por parte del gobierno español: "Me han dicho xenófobo, racista, ultraderechista, que para ellos es decir nazi; fascista. Para mí todas esas cosas son insultos agravados. Me han dicho negacionista de la ciencia, misógino". Magnánimo, el libertario se perdona solo: "El orden de magnitud de las agresiones de Sánchez y toda su gente y lo que dije yo, no reviste una agresión".
Pero la lista negra de Milei no se reduce solo a las agresiones. También tiene lugar para el despecho y el rencor. "Dicho sea de paso, desde que asumí nunca llamó para felicitarme". Pero Nerón no daba marcha atrás, y Milei tampoco. En lugar de reflexionar, redobla. Acusó al presidente español de meterse "debajo de las polleras de las mujeres"
El hombre, que mantuvo una charla suelta entre amigos, dijo saber el porqué de semejante conspiración internacional. "En las intenciones golpistas del kirchnerismo, ésta es una forma de intentar ver si pueden mover el avispero porque tiene un síndrome de abstinencia de la billetera feroz. Tienen miedo porque saben que vamos a seguir avanzando en las causas de corrupción".
Durante toda la escalada diplomática se esperó la palabra de Diana Mondino, la canciller, pero la funcionaria no hizo declaraciones públicas. Solo respondió una consulta del diario Clarín a quien le dijo que confía en "reconducir las relaciones" después de las elecciones europeas. En su lugar la palabra la tomó el ministro de Interior, Guillermo Francos, que parece ser la persona cuerda que tienen a mano para salir a explicar todo.
