Policiales

Las detenciones en Congreso en primera persona: humillaciones, maltratos y miedo paralizador

Nora Longo relató la traumática experiencia que vivió en Congreso. Contó que fue detenida por "grabar" el accionar de las Fuerzas de Bullrich y relató que la trataron como si fuese un narcotraficante: fue esposada y encadenada al piso del vehículo de transporte.
18-06-2024
Nora Longo

Nora Longo tiene 59 años, trabaja en el sector gastronómico y fue una de las 33 personas que fueron detenidas tras la feroz represión que se vivió el pasado miércoles en las inmediaciones del Congreso de la Nación mientras se trataba la Ley Bases. La mujer es una de las 17 manifestantes que lograron su libertad durante la madrugada del sábado, luego de haber sufrido un verdadero calvario en manos de las Fuerzas de seguridad: la esposaron, le pusieron grilletes en los pies, la hicieron sufrir el hambre y la abandonaron a su suerte cuando la liberaron en medio de la nada, en pleno descampado, durante la noche. "En ese campo las ratas eran así de grandes", describió.

Decenas de personas en la conferencia de prensa por los detenidos

Las imputaciones que formuló el fiscal Carlos Stornelli, no sólo sobre las personas que continúan detenidas, sino también sobre las que ya excarcelaron, son por intimidación pública, incitación a la violencia colectiva, resistencia a la autoridad y perturbación del orden en sesiones de cuerpos legislativos. En criollo, a Nora y al resto de los 32 detenidos el pasado miércoles los acusan de terrorismo y sedición. "Terroristas y golpistas", fue como lo definió el vocero presidencial, Manuel Adorni.

En su afán por defenderse de semejantes acusaciones, Nora decidió contar su verdad y dar detalles de la experiencia traumática de detención que vivió. Se describe a sí misma como una trabajadora gastronómica que se sumó pacíficamente a la manifestación cerca del Congreso. "La sigo pasando mal. Hablando con mi abogada, me dice que dentro de esa lista de los 14 que tiene el fiscal para que vuelvan a ser detenidos, está mi nombre, y la verdad que quisiera saber el motivo", se preguntó.

En diálogo con Argenzuela, ciclo que se emite por la pantalla de C5N, la mujer relató que el día de la protesta, después de cerrar su negocio a las 16.30, decidió asistir por su cuenta y presenciar lo que estaba ocurriendo.  "Les dije a mis dos empleados que me iba a ir un ratito a manifestar en paz porque me autoconvoco yo solita, no voy con nadie, porque trato de defender los derechos que yo creo que es bueno para mí, para la gente, inclusive para la Argentina", señaló.  

Al llegar, se encontró con una situación caótica: gases lacrimógenos, un auto incendiado, y policías dispersando a manifestantes. Al notar la crueldad y la violencia que ejercía las Fuerzas de seguridad bajo las órdenes de la ministra Patricia Bullrich, Nora comenzó a grabar la escena con su teléfono y envió el video a una amiga. "Entonces escucho de lejos los gritos de una mujer, pero desgarradores .Y ahí de nuevo saco el teléfono y empiezo a filmar", contó.

De acuerdo con su relato, vio a una mujer siendo arrestada brutalmente y a un hombre tirado en el suelo, también siendo golpeado y arrestado. "La chicavenía en anda, con dos o tres policías más, y en el costado veo a un señor que estaba tirado en el piso, boca abajo, y tenía como cinco o seis policías, pero de una manera, con la rodilla... Y yo dije, ´guau, esto es fuerte´. Y empecé a filmar. Entonces se acerca un señor, todo vestido de marrón, de civil, y me dice: ´usted no puede filmar´", destacó.

Al continuar grabando e insistir en su derecho a hacerlo, Nora señaló que fue empujada con violencia contra el suelo y detenida por dos policías mujeres.  "Me detuvieron porque filmé", denunció y sobre la detención, describió: "Me dijeron que era una cuestión de trámite, que me iban a llevar a la alcaldía de Madariaga. Y no entendía nada y les digo que lo que necesitaba era simplemente saber por qué me estaban deteniendo. Me dijeron que era porque estaban haciendo una requisa, qué sé yo".

Nora fue acusada de ser terrorista y golpista, lo que ella lógicamente niega rotundamente. A partir de ahí, narró cómo fue trasladada a la alcaldía de Madariaga en condiciones humillantes, con un trato propio de un criminal peligroso: esposada, con una revisión médica forzada y encerrada en una celda pequeña y oscura.  "Yo tengo 59 años, esto nunca lo pasé. Nos ponen un precinto de plástico. La verdad que pensé que yo me había convertido en una narcotraficante", describió.

La mujer explicó que escoltada por siete motos y un patrullero, y destacó que durante su detención, se sintió incomunicada y angustiada, especialmente preocupada por sus perros que quedaron solos en su departamento durante más de 30 horas. "Ahí empezó la odisea: selladito de mano, foto y bueno, después una revisación médica que no acepté. Tuvieron que llamar a algunos testigos porque dije que no, porque era un médico y un policía, y no me pareció lógico. No había mujeres", advirtió.

Y siguió: "Una vez que hicieron todo esto, me llevaron a un lugar horrible. Tan horrible que bajamos unas escaleras como, creo que tres o cuatro pisos abajo, hacia una celdita oscura. Estaba asustada, era una celda chiquitita, con una cama y sí, tenía un bañito. Bueno, me cerraron la puerta y yo estaba sola, pero aparte de sola, incomunicada porque me habían sacado todas mis pertenencias. La billetera con dinero, me sacaron el teléfono, todo".

El auto incendiándose. ¿Y la PFA?

Tras varias horas sin información, fue trasladada a Comodoro Py, donde finalmente pudo comunicarse con su hijo y consiguió un abogado defensor. Sin embargo, sus explicaciones y peticiones de revisar las cámaras de seguridad para demostrar su inocencia no fueron atendidas de inmediato. "Yo tengo tengo desnutrición severa. Hoy estoy bien, pero estuve mucho tiempo internada. He llegado a pesar 37 kilos por una operación que me hicieron, que me sacaron  siete metros de intestino delgado y el estómago. A mí no me pueden bajar las proteínas, las albúminas, porque me bajan y yo caigo mal. Lo testifiqué y para comer me dieron un pancho", expresó. 

Luego, fue trasladada a la cárcel de Ezeiza en un operativo que describió como propio de una narcotraficante: esposada y encadenada al piso del vehículo de transporte. "Me agarró un ataque. Con la sirena, las motos, como una delincuente. Allá es un espanto, totalmente, porque ahí de nuevo sellar las manos, desnuda, conté cuál era mi aflicción, de que yo no podía estar sin comer, yo no puedo bajar de peso, y me metieron en una celda, una celdita que entra una persona, chiquitita", describió. Llegó a la cárcel en plena madrugada, en un ambiente frío y hostil. Fue sometida a más procedimientos de seguridad y registro, incluyendo desnudarla en múltiples ocasiones. 

La Fuerza de Bullrich reprimió

Nora concluye su angustiante relato, lleno de temor y tristeza, expresando su desconcierto y dolor por la injusticia que vivió, señalando que nunca había participado en actos violentos y que siempre defendió sus derechos de manera pacífica. "Cuando entré a la celda, me paralicé. Me paralicé del miedo", señaló y advirtió que el único rasgo de humanidad que vivió durante su detención provino de las reas del lugar, que al ver que estaba asustada la socorriendo y defendieron. "Gritaban que la ´abuela´ no debía estar ahí y que me iban a cuidar. Me había hecho la película. me llevaron a una cárcel común en Ezeiza y yo no había cometido ningún delito", cerró.  

Temas relacionados Congreso Detenciones Nora Longo